Servicios bancarios + telefonía móvil, la nueva combinación de los operadores.

30-03-2021

Los telcobanks, que fusionan servicios de telecomunicaciones y financieros, quieren abrirse un hueco en el mercado impulsando la bancarización en comunidades donde no hay conectividad ni bancos.

 

Que una compañía de telecomunicaciones entre al mundo financiero no es nuevo. En 2007, Vadafone lanzó M-Pesa en Kenia, un modelo de transferencia de dinero a través del teléfono celular. En Europa, Telefónica, MásMóvil y Orange fueron algunos de los operadores móviles que un año después empezaron a ofrecen préstamos personales a sus clientes. Pero en América Latina, los llamados telcobanks llegaron hasta 2019.

Estos modelos de negocio, que surgen tras la combinación de operadores de telefonía móvil con instituciones bancarias, encontraron la oportunidad de fomentar la inclusión financiera y la bancarización de países como los de la región.

Es un ganar-ganar. “Los operadores tienen una extensa base de datos de clientes, la conectividad y la capacidad de brindar servicios de telefonía baratos y confiables, algo que no tiene la banca, pero ésta cuenta con toda la experiencia del sector financiero y el capital para invertir en una mejor solución”, explica Juan Sadurní, CEO de la consultora Nae.

El primer telcobank que debutó en el mercado regional fue Miio, y lo hizo en México bajo la modalidad de operador móvil virtual (OMV). La compañía, cofundada y presidida por Modesto Gutiérrez, vio la luz en 2019 para ofrecer soluciones financieras a la población no bancarizada del país.

“De acuerdo con el IFT (Instituto Federal de Telecomunicaciones), 75.1% de la población tiene telefonía celular, pero según el Inegi solo 47% posee una cuenta bancaria. En esta diferencia que hay entre varios grupos es donde nosotros entramos, ahí encontramos el espacio para generarle valor al usuario haciendo la convergencia de las dos industrias”, menciona Gutiérrez.

El OMV no solo incluye servicios de telefonía e internet móvil a precios competitivos, sino también una cuenta digital y una tarjeta de débito MasterCard. El CEO de Miio refiere que el usuario puede utilizar el plástico para realizar cualquier transacción, mientras que con la cuenta online tendrá la oportunidad de pagar servicios y hacer recargas telefónicas.

Y, para cerrar completamente el círculo de la inclusión financiera, los clientes del operador móvil virtual pueden acceder a créditos que van desde los 200 hasta los 30,000 pesos. “Queremos incidir positivamente en la vida de los usuarios a través de mecanismos que los bancos tradicionales no les ofrecen (…) La gente nunca va a una sucursal, todo es a través de la plataforma”, explica Modesto Gutiérrez.

Al cierre de 2020, Miio ya contaba con 50,000 usuarios. La meta de la empresa de telefonía móvil es cerrar el primer trimestre del año con más de 100,000 clientes.

Este modelo de negocio también se está volviendo atractivo para los operadores tradicionales. En el caso de un OMV, ofrecer servicios financieros es acertado, pues ante la comoditización de las telecomunicaciones en el país, competir por precio, cobertura o calidad del servicio no es nada rentable. Hoy, para mover el mercado es necesario ganarse un lugar a través de generar lealtad en los usuarios con recompensas. En Miio, el foco está puesto en la inclusión financiera.

Pero, ¿por qué es atractivo para los operadores tradicionales que dominan la mayor parte del mercado?

Los grandes a la caza

Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), dice que hay dos principales beneficios que los operadores tradicionales obtienen si entran al mundo financiero: tener una fuente más para generar ingresos y fidelizar a clientes a través de programas de lealtad para que los usuarios ganen y consuman.

“Los bancos no han sabido reaccionar ni ser flexibles para mantener cautivos a sus clientes, pero los operadores sí, les han permitido hacer pequeñas transacciones, pagos y hasta obtener préstamos. Se volvieron más eficientes y flexibles”, menciona el también director general de Digital Policy & Law.

En México, en enero, Telefónica y Banco Sabadell se unieron para lanzar un programa piloto de ‘Movistar Money’, un servicio 100% digital para otorgar crédito a los clientes de la empresa de telecomunicaciones. Éste ya está activo en Estados Unidos, Europa y Colombia (pero en asociación con BBVA).

El servicio da la posibilidad de adquirir un préstamo de 45,000 pesos. Daniel Porras, director de Estrategia de telefónica Movistar en México, dijo durante el lanzamiento que el producto forma parte de la democratización de los servicios digitales de la compañía.

Otro de los operadores que también incursionó en el sector financiero es Claro, subsidiaria de la mexicana América Móvil. La iniciativa ‘Claro Pay’, que está activa en Brasil, se forma junto al Banco Inbursa, que pertenece al mismo grupo. Con esta solución, los clientes pueden obtener un crédito personal, además de los servicios de telefonía móvil e internet.

Para Jorge Bravo, la alianza entre lo sectores de telecomunicaciones y el financiero podría llegar a un siguiente nivel si los operadores se unieran a las fintech, que han demostrado ser más ágiles y flexibles que los mismos bancos.

“Los operadores pueden comprar una fintech, crearla o vincularse con ella, esta última opción es la más viable porque no se adquieren activos y se mantiene la eficiencia de las empresas. Aliarse con este tipo de compañías les asegura tener la tecnología y el talento financiero”, refiere.

Así lo hizo AT&T en México. Con la finalidad de ofrecer una nueva solución financiera a sus clientes firmó una alianza con Broxel, una empresa local que permite a la gente manejar sus finanzas a través de teléfono celular. Esta fusión dio lugar a AT&T ReMo, una opción más en el mercado para digitalizar el dinero de aquellas personas que no tienen una cuenta bancaria.

“Desarrollamos AT&T ReMo para beneficiar a más mexicanos. En el último año, al menos seis de cada 10 personas utilizaron menos efectivo, impulsando la adopción de pagos digitales», dijo en un comunicado Gustavo Gutiérrez Galindo, CEO y fundador de Broxel. «Es momento de adaptarse y de formar alianzas estratégicas entre líderes en tecnología, conexión y servicios que respondan a la nueva normalidad».

Los expertos coinciden en que los telcobanks llegaron para quedarse. En el mercado mexicano, donde son relativamente nuevos, tendrán que apoderarse de un nicho de mercado —pymes, comerciantes informales, estudiantes, profesionistas, etc.— para asegurar su crecimiento.

“Poco a poco los vamos a ver estableciéndose en comunidades donde no hay conectividad ni bancos, por ejemplo. Tienen todo el potencial para revolucionar el mercado y las economías donde la gente todavía no está bancarizada”, concluye Juan Sadurní.


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